Padre, estoy muerto, ya, y qué oscuro es todo esto: no hay luna aquí, no hay sol ni tierras, padre, estoy muerto. Somos los muertos como enfermos y el cementerio el hospital para jugar aquí a los médicos sábana blanca y bisturí y tantas tumbas como lechos para soñar: y son tan blancos esos huesos padre tan blancos: como soñar. Dicen los otros, los más muertos los que ya llevan tiempo y tiempo aquí vengándose de Dios que vendrá el Diablo, el buen Diablo que vendrá el Diablo con más flores de las que nadie pueda traer. Padre, estoy muerto, no estoy solo padre, estoy muerto, tengo amigos con quien jugar.' ('El beso de Buenas noches, II)