Cuando el poeta polaco Czeslaw Milosz recibió, en 1980, el Premio Nobel de Literatura, casi nadie en España sabía quien era. Hoy, sus dos únicas novelas (El poder cambia de manos, Destino, 1980 y El valle de Issa, Tusquets, 1981) y sus mejores ensayos (El pensamiento cautivo y Otra Europa, Tusquets, 1981) han sido ya publicados y están al alcance de cualquiera a quien le seduzca la buena lectura y el pensamiento expresándose en libertad. Tan sólo quedaba por dar a conocer de este gran poeta precisamente su poesía. Si hemos tardado tanto en publicar esta muestra -ya que de esto se trata, pues su obra poética es muy extensa- es porque a nadie se le escapa la dificultad de conseguir una buena traducción poética, y más si tenemos en cuenta la naturaleza «exótica» para nosotros de un idioma como el polaco. En este empeño anduvo durante casi dos años Bárbara Stawicka, profesora de literatura en Poznán, Polonia, quien seleccionó, en colaboración con el autor, los poemas que reúne en este volumen y que ella quiso que ilustraran un poco todos los ciclos poéticos de Czeslaw Milosz, desde 1935 hasta los cuatro últimos poemas, publicados en octubre de 1983, en una revista literaria de Cracovia. El orden de los poemas no es, sin embargo, cronológico, sino el que Bárbara Stawicka le inspiraron los temas recurrentes, las obsesiones y las reflexiones más personales y constantes de una obra poética que arranca de una vida, primero, desgarrada por una guerra infernal, y después, relegada a la soledad del exilio y del silencio impuesto, durante treinta años, a su voz en su propio país, cuya lengua, no obstante, jamás quiso abandonar. Fue la poesía la que mantuvo a Milosz en la indignación ante el delirio exterminador de los nazis en Varsovia, también la poesía la que le sostuvo en la lucidez frente al poder totalitario que acabó con el holocausto, la poesía la que le acompañó en el aislamiento del exilio y la que, por los caminos de la clandestinidad, le acercó desde tan lejos a su gente, y, finalmente, es la poesía la que le valió ser hoy mundialmente aclamado. Y nadie mejor que él mismo para explicarlo. Por eso, hemos añadido, a modo de apéndice a este libro, el discurso que Milosz pronunció en la Fundación Nobel tras recibir el premio y en el que comenta su relación casi amorosa, necesaria, con la poesía.