Habiendo descubierto que los predecesores de los incas y los antiguos habitantes de ciertas regiones de la Polinesia adoraron a un mismo dios solar, llamado Kon-Tiki, el autor del presente libro dedujo que los primeros pobladores de las islas del Pacífico fueron americanos de los tiempos preincaicos. Pero otros investigadores objetaron que en aquella remota época, los aborígenes peruanos solo poseían balsas, con las que era imposible cruzar el Pacífico.
Para demostrar la exactitud de su hipótesis, Thor Heyerdahl hizo construir una balsa, fiel imitación de los modelos antiguos, y, en compañía de cinco camaradas, intentó la experiencia y la llevó a feliz término.
Thor Heyerdahl es también un escritor notable: posee un admirable don descriptivo, un delicioso humorismo, un estilo claro y vivaz. Este libro, traducido a veinte lenguas, ha alcanzado fabulosas tiradas. Su lectura apasiona igualmente a los jóvenes y a la gente madura, al lector corriente y al erudito.