¿Quién no ha soñado alguna vez con ir al fin del mundo? ¿Quién no ha deseado perderse por un paisaje infinito, sin rastro de otros? ¿Quién no se ha imaginado siguiendo los pasos de Amudsen o Darwin? ¿Quién no ha querido tocar el horizonte, fundido de azules?
Este libro es el sueño de dos amigas hecho realidad, el resumen de un viaje que nos llevó desde Barcelona a Puerto Williams, en Chile. A pie, en bus, en tren, en barca, en avioneta... siempre un destino: el último pueblo habitado.