Este libro es un estudio de los dos tipos de poblamientos características de la Cataluña Vieja medieval: por una parte, el cortijo, la pequeña explotación agrícola dispersa y, por la otra, la villa, la pequeña y mediana ciudad dotada de mercado semanal, de notaría pública, de curia judicial y de otras instituciones. Más allá de la historiografía local, la búsqueda se centra en aspectos particulares de un y otro tipo de poblaciones. El que todavía nos carecía es una visión de conjunto de estos dos tipos de poblamientos, a partir de los conocimientos logrados y las problemáticas planteadas por los historiadores. Más que ofrecer unas conclusiones definitivas, se propone un marco para la futura búsqueda empírica y un modelo que permita interpretar históricamente la difusión de la villa y el cortijo, así como las condiciones e implicaciones de esta difusión.