El tema de las órdenes militares es uno de los más sugerentes, y hasta populares, de cuantos ofrece la rica historiografía de la Edad Media. Para el historiador constituye un buen cauce que le permite valorar la evolución de la sociedad en su conjunto, ya que las órdenes son instituciones de muy larga duración capaces de sintetizar de manera ejemplar el espíritu de toda una época. Para el no especialista representan algo muy semejante: un atractivo medio para acercarse a la realidad de nuestro pasado, y hacerlo a través de un instrumento vivo en imágenes evocadoras y, en cualquier caso, muy representativas de lo que fue la Edad Media.