Este libro aborda un tema totalmente inédito: la venalidad de los empleos militares en el siglo XVIII. Aflora por vez primera el sonido de un dinero que, por interés mutuo de compradores y vendedores, ha permanecido oculto e ignorado. Durante toda la centuria, los monarcas firmaron en blanco despachos de militares y privatizaron una parte de su soberanía para nombrar a sujetos anónimos que, súbitamente, por el mérito de la riqueza, se convirtieron en oficiales del ejército; así hubo niños al mando de compañías, coroneles al frente de regimientos sin experiencia alguna en el ejército, ministros de la Guerra que forjaron su carrera sobre sucesivas compras de empleos, hidalgos que escalaron los peldaños que conducían hasta la antesala de los hábitos de caballeros y burgueses que invirtieron en rentas de honor. El lector podrá encontrar en esta obra un estudio sobre los militares, pero más aún una reflexión sobre la sociedad española del siglo XVIII, en especial sobre la nobleza y aquella burguesía que penetró en el privilegiado cuerpo nobiliario con su principal arma: el dinero. No en vano, uno de los grandes motores del sistema venal fue la ambición social.