Con cada vez mayor insistencia, Turquía llama a la puerta, no de Europa (a la que nunca ha dejado de pertenecer, por la historia y la geografía), sino de la «fortaleza europea». Ello ha reavivado algunos de los estereotipos que, a lo largo de los tiempos, los occidentales han elaborado sobre este país.
Este libro, pequeño y sustancioso, es un repaso de dichos estereotipos, así como un análisis de lo que contienen de verdadero o falso: siguiendo un sistema de preguntas y respuestas -sobre el pasado, los valores de los turcos, su relación con la modernidad y el carácter de su sociedad- el autor pone de relieve cómo se crean los mecanismos de una engañosa alteridad y la esquiva relación de esta con la realidad, sin desdeñar abordar sus aspectos más oscuros, como el genocidio armenio.
Como cualquier país del mundo, Turquía es tributaria de su historia. Eso otorga peculiaridades, pero, en muchos planos, la historia turca se articula dialécticamente con la europea, y eso tiene consecuencias culturales y sociales. Eso es lo que, yendo más allá de los tópicos, ayuda a ilustrar esta obra.