Una madrugada de enero de 1568 Felipe II arrestó al príncipe Don Carlos. ¿Qué delito de lesa majestad atribuyó a su único hijo varón? ¿La sospecha de amoríos con su madrastra, la reina Isabel de Valois? ¿Su supuesta connivencia con los conspiradores holandeses? Aquel hecho insólito no dejó indiferentes ni a los cortesanos de Madrid ni a las cancillerías europeas, oprimidas por la política internacional del monarca español.
El lector descubrirá en esta novela una trama de aventuras e intriga donde se solapan las maniobras de quienes se proponen eliminar al rey y depositan en Don Carlos sus ansias de libertad con las de quienes reivindican su condición de heredero al trono, obviando las limitaciones físicas que sufría el príncipe como resultado de una doble consanguinidad, que se remonta a su bisabuela, la reina Juana la Loca. El castigo del rey genera la intervención de sicarios, sanadores moriscos, alquimistas y monjes herbolarios. De ese margen que se establece entre la crónica oficial y la interpretación del hecho histórico, surge esta narración, elaborada con finas pinceladas de ironía, que se desarrolla en los reinos de Castilla y Valencia durante el siglo XVI.