La implantación de edificios cristianos en los paisajes urbanos y rurales de la provincia romana de la Tarraconensis no es un proceso lineal ni uniforme, sino que se desarrolla a lo largo de varios siglos y bajo una gran diversidad de formas y circunstancias, afectando a la topografía, el urbanismo y las arquitecturas del mundo clásico pagano. El estudio de este fenómeno resulta básico para entender el primer cristianismo peninsular, ya que las transformaciones que se producen a partir de la Paz de la Iglesia son variadas y ricas en formas y matices. .Lo cierto es que los pocos testimonios seguros actualmente conocidos de edilicia cristiana tardoantigua en Hispania constituyen necesariamente, partiendo de las referencias disponibles para el resto del Imperio, una parte muy residual de las iglesias y edificios cristianos que con toda seguridad ya debían de existir antes de la llegada de los musulmanes a la península Ibérica. Por ello, el catálogo clásico de estos ítems se amplía notablemente mediante el estudio exhaustivo de las fuentes literarias de la época y de los restos de determinados yacimientos. A partir del inventario comentado y crítico que se ha elaborado en este libro es posible observar una serie de regularidades significativas que permiten llegar a unas conclusiones regionales extensibles al resto del Imperio.