«Mi vida no me interesa en absoluto», solía decir públicamente André Malraux (1901-1976). Pero, de hecho, sólo le interesaba su vida, que concebía como una obra y que quizá sea su mejor novela. Así es como la aborda Olivier Todd, que en esta biografía exhaustiva la recorre sin complacencia ni agresividad, pero con la intención de que ninguna de las preguntas que suscita Malraux, como novelista, intelectual, político y personaje público, quede sin respuesta. ¿Fue realmente desgraciada su infancia, que él decía odiar? ¿Llegó a ser un revolucionario? ¿En qué sentido? ¿Entró en la Resistencia tan temprano como afirmaba? ¿Lo hizo movido por el patriotismo o por el interés? ¿Fue un ministro eficaz o un soñador? A partir de testimonios y documentos a menudo inéditos, y material de archivos públicos y privados hasta ahora sin explorar, Todd distingue y separa las experiencias vividas de las imaginadas, desvelando la personalidad de un hombre cuya pasión indudable era la escritura pero que dudaba de sí mismo, un personaje sin malicia ni mezquindad que no obstante fue víctima de su mitomanía. La irrupción de Malraux en la escena literaria a finales de los años veinte impuso un tono, un estilo, un personaje. En su persona parecían reconciliarse la acción y la ficción, la política y la moral; dotado del genio de la seducción y de la autopromoción, el autor de La condición humana y de Los conquistadores acabó convirtiéndose en una leyenda. Hoy nos quedan sus libros, y, aunque éstos pueden apreciarse sin tener en cuenta al hombre, cierto es que los lectores no deberían privarse del personaje principal. Esta biografía pretende precisamente evitar eso y recuperar a uno de los iconos del siglo xx, con sus muchas luces y sus insondables sombras.