El objetivo demostrativo de esta obra, en la que el autor ha procedido a una completa renovación conceptual y metodológica, es demostrar que no hay más que una economía, de la misma manera que no hay más que un ser humano, y que es posible establecer unos esquemas teóricos de carácter universal para comprender la evolución del proceso histórico considerado. Para ello se han manejado los aspectos cualitativos y cuantitativos de las relaciones económicas, centrándose en este caso en las relaciones de mercado, aunque contemplando otros aspectos del pensamiento en general del hombre en sociedad. El resultado ha sido la necesidad de conjugar la existencia continua de dos formas de economía que se influyen continuamente, como son la de prestigio y la de mercado, correspondientes a dos formas de percibir la realidad, la emocional y la racional, que no se pueden dar de forma pura. Todo ello contemplado a la luz de unos esquemas de horizontes mentales integrados, que permiten darle una dimensión a la vez rectilínea y circular en el tiempo a los distintos niveles de una misma civilización, que coexisten aunque unos vayan destacando sobre otros. Se aborda finalmente un ejemplo práctico. Consiste en una reflexión general sobre la evolución de la economía en un espacio (el Mediterráneo) y un tiempo concreto (3200 a.C.-500 d.C.), como dimensiones de una misma realidad. Ello ha permitido no establecer cortes entre la economía llamada palaciega y la de mercado impersonal, abordando de una forma global y coherente todo el mundo mediterráneo.