Pero la política es una pasión devoradora. François Hollande empezó desde muy abajo, y sin embargo acabó siendo elegido presidente de la República. Y me arrastró con él. El poder es una prueba para quien lo ejerce, pero también para su familia y amigos. En el Eliseo a veces me sentía ilegítima; otras, como en un reportaje. La chica de barrio obrero convertida en primera dama, quién lo hubiera pensado. Me enteré de la infidelidad del hombre con quien había compartido mi vida durante los últimos años por la prensa, como todos. Las fotos dieron la vuelta al mundo mientras yo estaba en el hospital, sedada. Y el hombre al que amaba anunció nuestra ruptura a través de un escueto comunicado que él mismo dictó a la agencia de noticias AFP, como si se tratara de un asunto de Estado. Todo lo que he escrito en este libro es verdad. He sufrido demasiado por las mentiras como para inventarlas yo.