SÉPTIMA PARTE DE LOS DIARIOS DE GEORGIA NICOLSON
¡Pobre Georgia! No se le ha ocurrido nada mejor que darle un ultimátum a su adorado Masimo para que se decida de una vez: o será su novio formal, y sólo para ella, o... o no lo será, claro. ¿Qué responderá el irresistible galán? De momento no parece tener mucha prisa en hacerlo, ya que pide una semana para pensárselo bien, analizar sus sentimientos y bla, bla, bla. Aunque Georgia está dispuesta a no atosigarlo, la espera se hace eterna, sobre todo porque nadie, ni siquiera Jas, enteramente entregada a su novio Tom, parece tener tiempo para calmar su ansiedad. Encima, Georgia debe asistir a los fastidiosos ensayos para la representación de una obra teatral en el colegio y, como si eso no bastara, Rosie y Sven anuncian su compromiso, lo que desata una oleada de nerviosismo y planificación de una boda más que inesperada. En fin, que entre sobresaltos y sorpresas el plazo se cumple y Masimo, por fin, ofrece su respuesta.