Contiene este volumen once de los casos más notables que resolvió Sherlock Holmes, donde no sabemos qué admirar más: si la inteligencia de Holmes como detective o la maestría de Watson como narrador. La fama de Holmes creció de tal manera que a Conan Doyle llegó a hacérsele insoportable. Y decidió asesinarlo. En «El problema final», sobrio y conmovedor relato, en el que de modo extraordinario se trasluce la ternura de Holmes a través de su proverbial impasibilidad, asistimos a la desaparición del detective. Pero fueron tantas y tan violentas las protestas de los lectores, que, diez años después, Conan Doyle se vio obligado a resucitarlo.