Chen soñaba con ser pintor. Su familia era pobre y no podía comprar pinturas ni tampoco comprar un pincel.
Pero Chen persiguió su sueño, y un día su obstinación se vio recompensada con el regalo de un anciano: ¡un pincel mágico!
A partir de entonces todo lo que pintaba Chen cobraba vida, pero Boya, el jefe del pueblo, un hombre codicioso y sin corazón, quería a toda costa conseguir el maravilloso pincel… A partir de 7 años.