Kasweca acaba de llegar a la clase, viene de muy lejos y se siente insegura. Su profesora descubrirá que la niña tiene una gran imaginación y que intenta poner por escrito sus historias, aunque le cuesta porque no conoce todas las letras. Kasweca contará sus cuentos en clase, pero también enseñará a sus compañeros cosas de su país, que abrirán la mente de los pequeños a nuevas realidades. La profesora aprovechará los sentimientos de comunidad que nacen en el aula para llevar a cabo un proyecto muy especial: crear un bosque con plantas de cada uno de los países de origen de sus alumnos. Pronto las semillas empezarán a vivir en la tierra del patio y, como Kasweca, crecerán fuertes y seguras bajo el sol de Canarias.