Había una vez un rey viudo que tenía una hija llamada Blancanieves. Un día tomo a una mujer bella, pero malvada como esposa. La nueva reina, que era además bruja, todas las noches se preguntaba a su espejo: "Espejito, espejito yo te lustro y te lustraré: pero dime quién es la más bella, o te romperé"