El corazón de los grandes músicos habla a todo el mundo al mismo tiempo, y ni siquiera con el recurso de la palabra. A su pesar, e incluso sabiéndolo, son apóstoles en el mundo.
A través de las anécdotas y las citas tomadas al filo de pacientes lecturas, quisiera hacer que el lector les amara un poco más de cerca, pues estos hombres vivieron entre nosotros sus penas y glorias. Con el tiempo, la riqueza de sus ofrendas sólo crece en magnificencia y, a veces, nos decimos al descubrir su vida, que los dioses estaban allí, entre nosotros, y que debían de conocer el cielo para producir semejante belleza.