Ami no ha estado enferma ni un solo día de su vida. Sus genes superiores le garantizan una perfecta salud. Pero, pronto, empieza a sufrir dolores, mareos y pérdida de control de su cuerpo. Es absolutamente desconcertante... y preocupante. Y como Amy no puede correr el riesgo de que la examine un médico, será su propia madre quien tendrá que descubrir las causas de su enfermedad. Amy tiene cada vez más fiebre, y las preguntas le dan vueltas en la cabeza. ¿Por qué están desapareciendo sus poderes maravillosos cuando más los necesita? ¿Qué le pasará si se cura, pero se convierte en una adolescente normal? ¿Qué pasará si su madre no es capaz de descubrir el modo de curarla... porque alguien se lo impide? ¿Y si no se cura? Las respuestas a estas preguntas no son agradables. Lo único que sabe Amy es que ella luchará hasta el final.