Cuando llegó el momento, el sioux, a lomos de su caballo negro con motas blancas, sobre el que había colocado la manta escarlata de Caballo Loco, avanzó hacia el centro de la pista. Pero antes de comenzar la actuación, su mente regresó a las anchas praderas de su juventud y se dijo: "Ya no soy el que era, lo sé. Sé que en otros tiempos yo fui Toro Sentado...".