A Edgar le encanta ir de visita a casa de su tío Montague. El camino hasta su residencia discurre por un páramo fantasmagórico y lúgubre, donde parece haber presencias. Pero el viaje merece la pena, tío Montague siempre tiene una historia que contar: Una talla de madera, una muñeca de porcelana, un catalejo, un marco dorado...a simple vista, se trata de objetos normales. Pero Tío Montague es el único que conoce la historia y la maldición que pesa sobre cada uno ellos. ¿Cómo habrá conseguido Tío Montague estos objetos? Quizá la respuesta sea el más escalofriante de sus relatos.