Henry David Thoreau nació y murió en Concord (Massachusetts). Fabricó lapiceros, midió fincas, navegó ríos, mareó caminos, contempló nubes, buscó, se pensó, nos escribió. Vivió del 12 de julio de 1817 al 6 de mayo de 1862. Tuvo en su biblioteca más libros escritos por él que por otros. Apenas publicó en vida, pero nos dejó un legado escrito inagotable.
Thoreau nos invitó a pasear, a contemplar, a pensar, a escribir. Ahora además, nos invita a volar y cantar. Y a mirar las aves, porque las aves son la mejor puerta de entrada a la naturaleza.
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La presente edición ha sido realizada por Antonio Casado da Rocha y José Ignacio Foronda, y traducida por Eduardo Jordá.