Si tuviera dos dragones es una ensoñación que a modo de letanía se repite el pequeño héroe de esta historia, un niño que va repasando placenteramente las opciones de gozar de semejante privilegio: ir al colegio a lomo de los dos dragones, jugar con ellos unas emocionantes partidas de cartas, contarles cuentos de princesas, o, simplemente, buscarles nombres?
A lo largo de las páginas del cuento van apareciendo las increíbles y mágicas posibilidades de ir acompañado de dos fornidos y humeantes colegas.