Este libro reflexiona sobre la contribución que ha llevado a cabo el cine documental a la representación de la memoria histórica, entendida como un esfuerzo colectivo para entroncar con el pasado, y también sobre la forma en que, a su vez, el pasado marca el camino de muchas propuestas cinematográficas, activando una ineludible toma de conciencia y configurando, cámara en mano, imágenes y narrativas siempre en construcción. El material filmado, como fuente histórica y como soporte del imaginario colectivo, ha constituido un poderoso relato que puede ayudar a la recuperación de esta memoria. Así lo testifican los artículos incluidos en esta obra.