En pleno verano reúne doce relatos que comparten una atmósfera melancólica y nostálgica; en todos ellos algún cambio, por imperceptible que sea, señala el final de una etapa. El tiempo parece fluir sigiloso en el viaje que acaba, la amistad que languidece, la lejana infancia o el amor que ya sólo pervive en el recuerdo. Historias cotidianas en las que la autora se sirve de la elipsis, así como de su intuición y
empatía, para recrear la soledad, el miedo o el sentimiento de pérdida de los personajes. Bánk plasma con calculada sobriedad un intenso mundo afectivo, rico y destilado, y retrata la complejidad de las relaciones humanas con el gran talento narrativo que ya mostró en El nadador.