La ética de orientación social es una necesidad imperiosa en la sociedad para armar una regeneración moral de la vida pública que permita mirarnos de nuevo en el espejo. Los problemas humanos que nos aquejan (individualismo, alienación, fragmentación y desvinculación, falta de sentido) tienen un cariz cada vez más social y, además, las aspiraciones al bienestar y al desarrollo personal se han hecho casi universales. Y aunque la deontología profesional, la filosofía y el pensamiento social del siglo xix pueden cimentar moralmente la acción psicológica y social de los profesionales dirigida a combatir los males que nos atenazan y a guiar el desarrollo de nuestra humanidad, resultan insuficientes para forjar una ética psicosocial cabal que debe incluir tópicos tan cruciales como las intenciones del practicante, la pluralidad de relaciones, el poder y la beneficencia aportados por las técnicas, y el consiguiente aumento de responsabilidad, o la viabilidad de la justicia y la solidaridad social en las condiciones de autonomía individual y egoísmo autointeresado hoy prevalentes.
Este libro propone una ética psicosocial que reconoce la complejidad y ambigüedad de los problemas morales implicados, los analiza y busca solución a través de sus cuatro ingredientes constitutivos: actores, valores, opciones y consecuencias. Se ensanchan para ello los principios deontológicos en una dirección realista y social, incorporando el autobeneficio legítimo y la autonomía compartida, y se especifican operativamente los valores sociales clásicos como la solidaridad y la justicia, así como los nuevos valores de empoderamiento y desarrollo humano. Con una vocación integral, el libro sitúa contextual y conceptualmente la ética psicosocial, la define estructuralmente y examina sus principales temas y problemas, así como el método para abordarlos, y se ilustra con dos casos resueltos y catorce casos problema.