Damian solo quiere ser bueno. Desde que su madre ya no está, en el fondo le da miedo portarse mal, no vaya a ser que su padre también desaparezca un día de su vida. Pero no es solo por eso por lo que quiere ser bueno: es que de verdad, honesta y genuinamente, Damian quiere portarse bien. O incluso más: quiere ser excelente. Lo malo es que no resulta tan fácil; la vida es complicada, y las personas más (sobre todo, los adultos). Por eso, Damian entra a menudo en www.todosantos.com: si se fija en la vida de personas realmente excelentes, quizá le resulte más fácil serlo él también... Pero, cuando un día le llega una bolsa de dinero como caída del cielo, todo se embrolla. Ninguna vida de santo habla de nada parecido, y menos si el dinero es procedente de un robo...