Los tiempos que vivimos nos llevan a un despertar de la consciencia. A fin de conseguirlo, hay que entrenarse mediante la observación del propio pensamiento, lo cual favorecerá momentos de reflexión e introspección.
La colección de mandalas concebidos por Claudette Jacques, de la cual éste es el número 16, nos ayuda a favorecer el despertar de la consciencia, pues el mandala es el lenguaje del alma. Cuanto más conscientes seamos, más mensajes recibiremos.
Los mandalas, sus diseños, están realizados a mano y cada uno de ellos tiene una intención concreta: aportar y confortar a quienes buscan sentido y paz en la vida. Cada diseño se despliega a partir de una estructura dada, concebida intuitivamente e inspirada por el tema escogido. Toda persona que colorea el mandala se beneficia de sus formas, y tiene total libertad para añadir otras nuevas y personales, también palabras y nombres, y la potestad de eliminar trazos.