Fue en los 60 cuando el rock empezó a considerar al LP como
una superficie adecuada para plasmar el concepto estético de los
artistas, convirtiéndose en un simbólico lienzo en blanco y dando
paso a la época gloriosa del diseño de portadas. El punk rompió
con las reglas no escritas hasta entonces. Durante unos años convivieron
los viejos maestros como Hipgnosis o Roger Dean con
nuevos y deslumbrantes artistas como Jamie Reid o Peter Saville.
Fue el cambio de formato del LP al compacto, menos vistoso y
menos proclive al lucimiento, el que puso fin a los años dorados.
Esa historia, con sus artífices, es la que documentan profusamente
estas páginas a partir de 50 de sus más celebradas portadas.