«La novela más delirante después de Lo mejor que le puede pasar a un cruasán, de Tusset». Diego Gándara, La Razón.
Durante el plazo de una semana del tórrido agosto madrileño, un asesino acaba de arrancar la vida a cinco mujeres. Lleva el caso un corrupto inspector al que se le acumulan los problemas, sobre todo el de una enorme deuda de juego que debe a un peligroso gangster. Pero a los pocos días su suerte cambia de un modo sorprendente y no sabe la razón?
Una novela de ritmo trepidante en la que sus estrafalarios protagonistas participan de una trama que los vincula de un modo sorprendente y en la que, el destino, parece jugar con ellos de manera tan insólita como, en apariencia, caprichosa. Traficantes de coca, mercenarios sin escrúpulos, prostitutas, adinerados franquistas, sacerdotes inclasificables, ancianas comunistas, inmigrantes, viejos hippies, gitanos confidentes o asesinos a sueldo, se mezclan con un inspector corrupto, la alcaldesa de Madrid, un arzobispo y un devoto de la Santa Muerte, para llevar al lector en volandas hasta un final en el que un loco prepara un gran atentado en el estadio Bernabéu el día del inicio de la liga?