El libro está escrito en una prosa franca y sencilla, es fiel reflejo del carácter de su autor; estructurado en multitud de capítulos, que contribuyen a hacer muy cómoda y amena su lectura.
Es un vivo testimonio de lo que en otra época fue el oficio, vivido con pasión por el autor, del pastoreo y la trashumancia. Para realizar el entramado de este libro su autor recurre a muchas anécdotas y personajes, incluso animales, sacados de su propia biografía y situados en la fecha y lugar que realmente tuvieron. En su afán por ser veraz utiliza todos los registros, de la crueldad a la ternura, para dejarnos un documento inestimable de lo que fue una forma de vida muy común hasta muy entrado el pasado siglo, pero que ha caído -a cambio de un progreso que quizás no siempre nos haga más felices- un poco en el olvido.
El autor, desde muy temprana edad se ve obligado a ejercer de zagalillo cobrando un sueldo de 3 pesetas al día. Este fue el destino y la vocación que marcó su vida hasta la edad de incorporarse al servicio militar. Las circunstancias le llevaron a desempeñar diversos trabajos, emigrando a Alemania de donde al cabo de los años, regresó a Madrid.
Paralelamente a su vida laboral ha desarrollado una intensa actividad artística consagrada a la escultura o ?tallado? en madera, habiendo realizado numerosas exposiciones. Las imágenes, fruto de sus manos, son ventanas abiertas a mundos insospechados.