Alceste, el protagonista de esta obra, ocupa todo el escenario: odia su tiempo, odia los versos de Oronte, tiene un pleito por unos rumores que hacen correr sobre él. Y como enamorado, paradójicamente, no cesa de reprochar los defectos a su amada (de lo cual ella hace broma) ni soporta a los demás pretendientes que la asedian; sus celos montan guardia permanente y sufre la presencia de cualquier galante hasta el extremo de olvidarse de su misantropía cuando el amor se apodera de su corazón.
Partiendo de un mito antiguo, Molière logra componer esta ambiciosa obra de gran comicidad, que trata temas universales que resultan tan vigentes hoy como lo fueron entonces, y que sigue siendo lectura imprescindible para cualquier buen lector.