El interés básico del libro reside en que es una defensa de la filosofía desde la filosofía, según sus propios criterios, y no según otros de utilidad o cientificidad, a los cuales tratan de acomodarla quienes la critican desde fuera. Para Pieper, la filosofía tiene sentido en sí misma, y no tiene por qué ser asimilada a otros modos de conocimiento: es una pregunta constitutiva del ser del hombre.