La mayor equivocación de Sara fue casarse con Leo, un mafioso que huye a Nueva York y la arrastra como una mercancía más de las que lleva en el Andrea Doria. Allí conocerá a Paul Slater, que marcará un antes y un después en su vida.
Con el tiempo, se aferrará a su negocio de moda como el único salvavidas que la distrae de la separación forzosa de su hija, Elisa, en ese mundo paralelo y distante que trata de dibujar alejada, todo cuanto puede, de la vida de su marido.
La amistad inquebrantable de Marcial la ayuda a nadar a contracorriente y a evitar la zozobra de una interminable huida hacia delante. A veces, la felicidad le roza los dedos, aparece y desaparece, fugaz, sin darle tiempo a saborearla. Pero merece la pena intentarlo todo y pelear con todas sus fuerzas para salir victoriosa de sus luchas internas.