En Elba un apicultor espera la llegada de Napoleón, confinado a la isla en mayo de 1814. Entre ambos se establece una relación sorprendente y obsesiva. Un vínculo de profundas resonancias en un libro de singularísima atmósfera, que en 1996 fue merecedor del IV Premio de Novela Breve Juan March Cencillo. Jesús Pardo afirmó entonces: «Un camafeo esmaltado: del camafeo tiene la concisa, clara brevedad, y del esmalte el brillo a prueba de deslucimiento.» Más de dos décadas después, el autor ha emprendido la delicada tarea de mejorarlo. Ahora como entonces, la prosa envolvente de José Luis de Juan y una inusual mezcla de historia y ficción dotan al relato de un poderoso encanto.