La vida de Natalia es idílica. Tiene una relación con el hombre que ama, un trabajo que le apasiona y se acaba de mudar a la casa de sus sueños.
Todo es perfecto?hasta que conoce a su vecino Rubén, un perroflauta que odia a las Barbies como ella.
Desde el primer momento en que sus caminos se cruzan, se declaran la guerra, llegando a convertirse en expertos en sacarse de quicio.
Sin embargo, cuantas más ganas de pelea tienen, mayor es su atracción y su deseo.
Dicen que del odio al amor sólo hay un paso y ellos son enemigos declarados?¿O no?