Viena, la capital de Austria es una de las ciudades más visitadas de Europa por su belleza. El recorrido nos llevará por impresionantes iglesias góticas y barrocas, edificios tan emblemáticos como la Ópera, el Ayuntamiento o el Parlamento; parques ya míticos como el Stadtpark o el Prater, así como por algunos de los palacios que la dinastía Habsburgo levantó a lo largo y ancho del país y que nos permiten rememorar el modo de vida de quienes gobernaron el imperio austro-húngaro durante seis siglos. Imprescindible visitar algunos cafés, la mayoría con un gran encanto y símbolo de la identidad local.
Salzburgo, una de las más bellas ciudades del mundo, aquí los aficionados a la música clásica tienen aquí una cita inexcusable. Cuna de Mozart, la visita incluye un recorrido por su espléndido casco histórico con templos, abadías, cementerios y por la Fortaleza mejor conservada del continente.
La capital del estado del Tirol, Innsbruck, representa la síntesis perfecta entre Naturaleza y arquitectura. Sus majestuosas montañas recortan la ciudad en una estampa incomparable y han hecho del lugar un importante centro para la práctica del esquí. Por su imponente casco histórico, sus paisajes, su animada vida cultural, Innsbruck es un enclave que no dejará indiferente a ningún viajero.