«Es este (lo sé) un extraño libro. Desde luego no es mera memoria ni menos una cabal biografía de mi madre, es mejor una mezcla de relato y oración, de diálogo abrupto y de mantra que repite y se obsesiona, de cantinela que busca con vela en lo oscuro por los caminos mismos. Es una plegaria y una obsesión. No hay amor sin daño y sin éxtasis, y la parte más débil queda siempre tremendamente desamparada. Por eso el grito que resuena no es el de ella ―que descansa plácida― es mío el grito desgarrador y solitario que se oye. Estepario lobezno, tras la pérdida. Medio lírico, medio fervoroso, medio maldición, medio plegaria sumisa y dulce, este "Mamá" es una evocación y una oración susurrada. El recuerdo obstinado de un inigualable amor terrible, que marcó ―y marca aún― mi vida entera. Susurro, beso, letanía, aullido. Oración, al fin.»