La filosofía permite al hombre ser feliz y prudente. Todos los filósofos han realizado una actividad liberadora para salvar en la humanidad lo mejor de ella. Desde Sócrates tratan de clarificar nuestra existencia de manera tan indispensable como saludable, dirigiéndose a cada uno de nosotros, tal como somos. En Occidente meditar es realizar una reflexión atenta para salir de la caverna platónica; en Oriente, es prestar atención al momento presente. Ambas formas tienen en común ese gesto de atención. Cuando se le preguntaba al Buda «¿para qué meditar?», él no respondía «para obtener tranquilidad o bienestar», sino «para ver las cosas tal como son». Unir el arte de la atención con el arte de la interrogación es el camino que abre este libro único y precioso.