Corinne Woodrow tenía quince años cuando fue condenada por el asesinato de uno de sus compañeros de clase, una tarde del verano de 1984, en la aislada ciudad costera de Ernemouth. Veinte años después, nuevas pruebas en el ADN parecen indicar que Corinne no actuó sola, y cuando un frío detective, Sean Ward, es contratado para investigar lo ocurrido, descubre los oscuros secretos de una comunidad que siempre ha desistido de mirar más allá de sus propios intereses.
El periódico británico The Guardian calificó la obra como ?una intriga absorbente, una evocación extraordinariamente poderosa de un tiempo y un lugar, y una galería de personajes que resultan creíbles hasta cuando respiran?.