Quienes soñaban en el 68 con el amor libre, nunca habrían imaginado que un día se habría conseguido a través de un teléfono. Tinder, OkCupid, Grindr (y tantas otras) son aplicaciones para ligar que han hecho mucho más fácil la tarea de llevarse a alguien a la cama, reduciendo al mínimo indispensable las dinámicas del acercamiento y la seducción.
Este mecanismo tan directo eclipsa, por un lado, la esfera afectiva, pero a veces empuja a los usuarios a una reflexión despiadada sobre sí mismos y sobre el papel que los demás juegan en sus vidas.
Esto es lo que le pasó a Cristina, que, en este libro-confesión, a caballo entre la realidad y la ficción, nos narra un año de encuentros con perfectos desconocidos.