Una parte de la izquierda, muy representada entre nosotros, se ha vuelto comprensiva con la sinrazón religiosa, simpatiza con quienes quieren levantar comunidades políticas sostenidas en la identidad y manifiesta una antipatía sin matices contra el proceso globalizador. Incluso se muestra dubitativa de la peor manera a la hora de valorar la ciencia y el progreso científico. Llevada por la necesidad de «pensar a la contra», acaba no pocas veces en el absurdo, peleando contra sí misma, contra sus conquistas.
En el presente volumen, Félix Ovejero explora, desde una perspectiva de izquierdas ilustrada y racional, los ámbitos centrales del cambio en esa izquierda política que, por diversos caminos, parece haber recalado en el pensamiento reaccionario.