Se diría que los romanos necesitaban los ojos de un
pintor para contemplar su verdadero rostro, su ser más auténtico, y ese pintor
fue Marco Valerio Marcial, autor de los Epigramas. Los aproximadamente 1.560 que este autor nos ha legado abarcan todas las facetas de la vida humana y nos permiten acercarnos
a la vida cotidiana y la sensibilidad de los romanos desde los más variados
tonos y puntos de vista, desde el ataque satírico y mordaz contra vicios y
defectos hasta el homenaje (sentido o forzado) al amigo poderoso o al emperador
de turno, sin olvidar el llanto por la muerte y la invitación a la vida. Sin perder la frescura y el atractivo que gozaron en el momento de su composición, esta obra de primer orden sigue ofreciendo una lectura amena y atractiva al lector contemporáneo.