«Es un poco tarde. Quizá da igual. Anoche soñé con Isabel. Ella vivía cerca, a cinco minutos andando, en una especie de dúplex o chalé pequeño. Quería verla. Ella celebraba una fiesta». Al mismo tiempo que David deja de ser un niño, pierde a su abuelo. Crece alejándose de sus padres, se convierte en un joven con dinero, y vive solo en un apartamento amplio y acogedor que da a un jardín. Una tarde de primavera, unas amigas le presentan a Isabel, una chica de piel morena y ojos claros. Aunque ella parece triste, esa noche los dos acaban sonriendo. Unos días después, él la invita a tomar una cerveza. En torno a la intensa relación de Isabel y David, el libro, escrito con un estilo repleto de resonancias, sutilezas y sensaciones, incorpora pasajes y retazos de la vida de los personajes que hay alrededor de los dos protagonistas. De este modo, la novela se adentra en la absoluta intimidad de David e Isabel, sin descuidar una visión esmerada y coral de un mundo que se transforma. Se muestra así un recorrido que, tras pasar por el desarraigo, conduce a un pueblo donde el tiempo transcurre de otra manera. Un tiempo