La necesidad de revisar el protagonismo femenino en la instauración y evolución cultural durante la Modernidad, tanto en los ámbitos populares como en los más cultos, obliga a plantear nuevos enfoques y vías de acercamiento a las realidades de género presentes en las sociedades mediterráneas de antiguo régimen.
La mujer desempeñó siempre un papel trascendental, aunque menos visible y centrado fundamentalmente en el ‘buen obrar’ y cuidado de la casa y de la familia, pero no fue hasta avanzado el siglo de las Luces cuando empezaron a salir más de sus espacios privados (de sus estrados) para ‘hacerse ver y notar en la esfera social’.
¿Dónde residen las fronteras culturales femeninas? Desde los enfoques de la nueva Historia Social y de la Familia, y al hilo de la reactivación de la polémica en torno a la sociabilidad española, entre la intimidad y lo público, se comprenderá mejor el rol de las mujeres en la civilización occidental, con sus permanencias tradicionales y sus transformaciones reformadoras presentes en la materialidad de la vida cotidiana pretérita: tanto dentro de sus hogares como traspasando los lazos comunitarios avanzando hacia un mundo de ciudadanas, de cara a su triunfo como individuos. En sus casas, matrimonios, trabajos, espiritualidad y sensibilidad emocional.
Una terna de estudios se centra en el universo femenino rodeado de objetos y atavíos (ajuares y enseres definidos por un rango capital de género) mientras otra trilogía aborda la importancia de sus patrimonios y amores, incidiendo en el manejo cotidiano de dineros y afectos, igual de civilizatorios.
En fin, este trabajo se encuadra en los proyectos de investigación financiados por el Ministerio de Economía y Competitividad: Civilización, juventud y cultura material e inmaterial. Familia e identidad social. Demandas y apariencias en la Castilla interior (1500–1850) y Familias, cultura material, apariencia social y civilización. Identidades y representaciones en el interior peninsular (1500–1850).