La caída del régimen Tokugawa, fue el hecho más importante de la historia japonesa moderna. Este convulso periodo, conocido como Restauración Meiji, comenzó con la feroz oposición de los samuráis a la apertura de la aislada nación a los «bárbaros occidentales» decretada por el shogun. La apertura del país fue considerada una debilidad y los samuráis, bajo el lema «expulsar a los bárbaros», conspiraron para derrocar al shogun y restaurar el poder imperial. El gobierno, desesperado por detener el terror, formó un grupo de guerreros expertos en el manejo de la espada que recibió el nombre de Shinsengumi y cuya única misión era eliminar a los enemigos del shogunato. Con una brutalidad libre de ataduras y permiso oficial para matar, el Shinsengumi se convirtió en sinónimo de terror.