Su pensamiento impactó en Camús y en Sartre, y fue él mismo antes de morir en Auschwitz quien criticó las obras más importantes de estos dos famosos existencialistas por haber desviado y desvirtuado el mensaje original de los precursores de existencialismo: Pascal, Kierkegaard, Shestov o Heidegger.
Emil Cioran comentaba aludiendo a su estilo, que «él como Shestov, amaba a partir de una cita, de donde luego iba sacando conclusiones de lo más inesperadas».