La acción educativa para el desarrollo de la inteligencia emocional, aunque en el presente tenga gran aceptación y seguimiento, no es nueva. La autora ha venido trabajando en esta dimensión humana durante años, tiempo en el que ha acogido dudas, desconciertos y contradicciones, pero también los frutos que más tarde o más temprano muestran cómo la educación emocional contribuye a la buena gestión de uno mismo en beneficio propio y de los demás, experiencias positivas que son el objeto de este libro.
La obra tiene carácter vivencial y testimonial, pues en ella se narran fragmentos de vida que surgen de la cotidianidad del hogar y de la escuela, compartidos por madres, padres y profesorado, con una experiencia en común: la vivencia emocional. En estas historias, niños y niñas descubren sus sentimientos y los de los demás, siempre acompañados de adultos amorosos y en contextos de acogida y de respeto al momento de cada proceso individual, de modo que se pone de manifiesto que la estimulación de la inteligencia emocional se puede vivir con naturalidad, sin forzarla.
Relatos de vida emocional es una obra que puede actuar como catalizador de un impulso para iniciar el camino en el desarrollo de la inteligencia emocional, así como orientar a quien ya tenga un compromiso en este ámbito.