El mayor error que cometieron los padres de Poko fue regalarle un tambor. Ya habían cometido otros, pero el tambor fue el mayor. Animada por su padre, Poko sale con su tambor al bosque. Hay tanto silencio que comienza a tocarlo para hacerse compañía. Rápidamente, se unen un mapache que tocaba el banjo, un conejo que tocaba la trompeta, y así hasta una multitud de animales que les seguían y disfrutaban de la música. Cuando el padre de Poko la llama para cenar, se oye una música a lo lejos que cada vez es más fuerte.